La Historia Oculta de FaztiCupido

Un falso documental de Fazti-Estudios

Recientes descubrimientos por parte del equipo de arqueólogos creativistas dieron a conocer un libro antiguo que data la época de la cultura romana. Después de un largo estudio del texto en el LIAEHA (Laboratorio de Investigación y Análisis de Evidencia Histórica Artística) de los Fazti Estudios se descubrió algo muy interesante.

En la Antigua Roma, existe una historia muy conocida sobre Cupido,el dios del amor, su amante eterna, Psique y su famoso arco y flechas de oro y plomo para causar el amor y el desamor. Sin embargo, muchos desconocen que Cupido tenía un hermano menor, llamado Fazticupido quien era hijo de Minerva, diosa de las artes y la sabiduría. Mientras que Cupido usa su arco y flechas para provocar el amor y el desamor entre dioses y mortales atravesando su corazón; Fazticupido emplea un enfoque más creativista y sutil: utiliza lápices largos y afilados como flechas para atravesar sus almas, no siembra el amor en los corazones, sino en las almas de los creadores. Despierta en los artistas el deseo de crear. Les enseña a enamorarse del acto divino de dar vida a lo que no existe.

Un día mientras Fazticupido estaba en uno de sus viajes, se encontró con Psique, quien, al contrario de lo que todos pensaban, no solo era hermosa, sino que también poseía un alma profunda y llena de imaginación, algo de lo que Fazticupido se dio cuenta. Al igual que Cupido lo hacía con las personas, Fazticupido la enamoró, pero no con flechas de amor, sino de arte. Descubrió que Psique poseía un talento increíble para la poesía. La inspiración que le otorgaba hizo que Psique se entregara completamente al arte.

Cupido, celoso de todo el tiempo que Psique pasaba creando arte, se sintió desplazado. Era un ser extremadamente amoroso y posesivo, y no soportaba ver que su amada pasaba más tiempo creando que en sus brazos. Al verse ignorado, Cupido, cegado por su intensas emociones, usó su poder para desterrar a Fazticupido, flechando a todos sus conocidos con flechas de plomo para sembrar el desamor y el olvido hacia Fazticupido. Lo expulsó del lugar divino y del hogar familiar, dejándolo solo con su arte y su propósito.

Fazticupido, ahora desterrado, optó por vivir en las sombras, de manera anónima. Sin buscar reconocimiento o fama, se dedicó a su verdadera misión: crear amantes eternos del arte, de sus obras, de la pintura, de la escritura, la escultura, el dibujo, la música, el teatro. Fazticupido quería inmortalizar la creación, que todos los amantes siguieran imaginando y creando para toda la eternidad. En su exilio, dejó huellas invisibles, pero poderosas, entre los artistas que, sin saberlo, caían bajo el hechizo de las Faztiflechas. Él deseaba simplemente que los artistas se enamoraran de su arte y, a través de ello, vivieran eternamente en la creación. Que se entregaran al arte como si fueran su amante eterno.